El 24 de marzo se celebra el Día Mundial de la Tuberculosis para conmemorar el descubrimiento, un 24 de marzo 1882, de la bacteria responsable de la enfermedad: mycobacterium tuberculosis.
Este día trata de concientizar a la población sobre las terribles consecuencias sociales, económicas y para la salud de la tuberculosis (TB) y acelerar los esfuerzos para poner fin a la epidemia de esta enfermedad.
Es preciso recordar que la TB sigue siendo un importante problema de salud pública. Cada día mueren en el mundo más de 4.000 personas y aproximadamente 30.000 personas contraen la enfermedad. Estos datos convierten a la TB en la enfermedad infecciosa más letal a nivel mundial. Además, es una de las principales causas de muerte entre las personas que viven con VIH y la segunda causa más común de muerte por una enfermedad infecciosa, después de COVID-19. La TB es impulsada por la pobreza y se nutre de la inequidad, afectando desproporcionadamente a los más vulnerables.
En nuestro país, se notificaron 12,500 casos en el año 2019, correspondiendo el 17% a niños, niñas y adolescentes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha ensamblado esfuerzos para combatir esta epidemia contando con el apoyo del Fondo Mundial y la Alianza Alto a la Tuberculosis para que a nivel global haya mayor asistencia sanitaria, mayor respuesta a la TB y garantizando el acceso a la atención, para lograr la cobertura sanitaria universal. Ha puesto en marcha una iniciativa conjunta llamada Fin de la TB-End TB. Para esto cada año se realizan diferentes propuestas y lemas: “es hora de actuar”, “es hora de poner fin a la TB”, “el tiempo corre” y finalmente este año, 2022, el lema es: “Invertir para poner fin a la tuberculosis Salva Vidas.”.
Este último transmite la necesidad urgente de invertir recursos para intensificar la lucha y lograr los compromisos hechos por los líderes mundiales.
El último año fue crítico, ya que la pandemia de COVID-19, ha revertido años de progreso en la lucha para acabar con la TB. Por primera vez en más de una década, las muertes por tuberculosis aumentaron en 2020 afectando negativamente al objetivo de garantizar el acceso equitativo a la atención, prevención y tratamiento, en consonancia con el impulso de la OMS para lograr la cobertura sanitaria universal. La pandemia de COVID-19 acrecentó aún más la desigualdad al aumentar la pobreza, la desnutrición y obstaculizando el acceso a los servicios esenciales, debido a las restricciones y a la redirección de recursos en respuesta a la COVID-19.
Las propuestas actuales son:
1-MAYOR ASIGNACIÓN DE RECURSOS DESTINADOS A recursos, apoyo, información, diagnóstico, tratamiento, prevención y atención.
2-Mantener los servicios esenciales de TB durante la pandemia de COVID-19. La prestación de servicios de prevención, diagnóstico, tratamiento y atención de la TB centrados en las personas, incluso a través de tecnologías digitales, debe garantizarse junto con la respuesta a la COVID-19.
3-Abordar las desigualdades en salud para garantizar la salud para todos. La pandemia de COVID-19 ha llamado la atención sobre las profundas disparidades que persisten entre los países y dentro de ellos.
4-Poner fin a la TB requiere una acción conjunta de todos los sectores. Brindar servicios correctos, apoyo y entorno propicio y seguro en el lugar correcto, en el momento correcto. Todos tienen un papel que desempeñar para acabar con la TB: individuos, comunidades, empresas, gobiernos, sociedades.
Más inversión salvará millones de vidas, acelerando el final de la epidemia de Tuberculosis.